Cultura

Identifican el mural por el que Walter Solón fue exiliado

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La obra Juana Azurduy de Padilla fue pintada en 1979*

Casi nadie sabía que la pieza está en la pared de un aula de la carrera de Artes de la UMSA.

Anahí Cazas / La Paz - 06/06/2013

“A quien pintó ese mural le cortaremos las manos”, advirtieron los paramilitares tras recibir la información de que en la carrera de Artes de la Universidad Mayor de San Andrés habían plasmado una obra con imágenes de tanques, estudiantes detenidos y mujeres cargando a sus hijos muertos.

En 1980, cuando la pieza Juana Azurduy de Padilla, aún no había sido concluida, fue puesta a buen recaudo, y desde entonces muy pocas personas sabían que se encuentra en el aula de fotografía de la carrera. Hace pocos meses, la obra fue redescubierta gracias a un trabajo de investigación del artista Mauricio Bayro.

 

 

 

El mural Juana Azurduy de Padilla, pintado en 1979. Foto de Freddy Barragán / Página Siete

 

A pesar del miedo, ningún estudiante se atrevió a denunciar al autor de la obra: Walter Solón Romerno, quien, no obstante, poco después fue exiliado por el régimen de García Meza.

“Como consecuencia de este mural, Solón fue detenido junto a otros estudiantes que trabajaban con él. Los paramilitares lo amenazaron con cortarle las manos y por intervención de la Embajada alemana, él y su familia fueron exiliados a Europa”, explicó Bayro, quien descubrió esta historia en una investigación para su tesis de maestría.

Según Bayro, en 1979 Solón era maestro del taller de muralismo. “El mural fue diseñado por Jorge Mendoza, quien era alumno de Solón Romero y cumplió así con su examen de grado. Sin embargo, Mendoza fue el primero en salir al exilio y la obra quedó a medias. Entonces Solón se encargó de concluirla y le hizo algunas modificaciones”.

El mural

La obra, que mide 11 metros por ocho, muestra a guerrilleros de la independencia y escenas emblemáticas de la historia de las reivindicaciones sociales, como una mujer que carga un cadáver, un tanque, el Monoblock de la UMSA y un grupo de universitarios detenidos.

Fue trabajado en la técnica de la piroxilina, que consiste en el uso de pintura sintética empleada para automóviles.

José Carlos Solón, nieto del artista, contó que la familia conocía de la existencia de esta pieza, pero no su ubicación. 

“Tenemos algunas fotografías de mi abuelo trabajando en ese lugar. Era una obra que pintó con sus alumnos para un trabajo de la carrera”, explicó.

Según él, aunque el mural fue pintado justo antes de que su abuelo saliera al exilio, no fue una de las razones principales. “Este mural nunca fue terminado porque cuando los militares encontraron a Solón le prohibieron pintar y luego lo detuvieron. Es decir, fue un elemento más para que lo exilien, pero existen otros factores más”, recalcó.

Una joya escondida

El mural —según las investigaciones de Bayro— fue salvado gracias a estudiantes y trabajadores de la carrera de Artes de aquella época. 

Ellos cubrieron la obra con sillas y sábanas. “Los milicos quisieron destruir este mural puesto que alguien denunció y les avisó de su contenido, y a pesar de que está en una pared muy grande, los obtusos paramilitares no pudieron localizarlo para destruirlo. Si se salvó fue por la astucia de un grupo de universitarios y trabajadores”, escribió Jorge Mendoza, en un artículo del semanario Aquí en los años 80, en el que, no obstante, tampoco se revela la ubicación de la pieza.

Durante más de dos décadas, aunque estuvo a la vista de alumnos y docentes, muy pocos supieron que se trataba de un trabajo de Solón, o que no estuviera catalogado.

La restauración y conservación del mural forma parte del proyecto de investigación de Bayro. Contará con el apoyo de la carrera de Artes, la Fundación Solón y el Ministerio de Culturas. 

Mario Yujra, director de la carrera de Artes, explicó que “el Consejo Facultativo de la UMSA ya aprobó el proyecto para restaurar el mural y para abrir en esa aula un museo dedicado Solón Romero.

*De Página Siete del 7 de junio de 2013.