Luis Fernando Camacho Rivera*
Fuente: Revista Política Semanal Contrapoder No, 7
Todo parece indicar que las elecciones del 17 de agosto, si se dan, serán una entrada sin morenos, puro caporales, auqui auquis y diabladas. Todos parecen haber olvidado de esa cara del país, incluso los otrora indígenas, originario campesinos, ahora se hacen los osos o ángeles.
Todos olvidaron que la “careta” de interculturales les auspició en el pasado, sendos triunfos electorales. No nos vayamos muy atrás en la historia, sólo hasta la primera gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada, siempre fue evidente que la dupla con Víctor Hugo Cárdenas era una pose para completar la historieta de El Llanero Solitario y Toro, pero por lo menos entonces se hizo la mascarada de inclusión y les dio un buen resultado. En las elecciones del año 2005 se repitió la dupla, sólo que esa vez el protagonista fue “Toro” y su acompañante “El Llanero”, por entonces aún solitario o solterón. Esa vez, especialmente el electorado ingenuo pensó que no sería sólo una mascarada y les dio un triunfo avasallador. Para mí siempre estuvo claro que el factor que inclinó la balanza a su favor no fue el discurso “socialista”, sino el identitario. La historia nos mostró que ambos discursos fueron sólo eso. Discursos. Demagogia clásica.
Hoy en día, 20 años después, una generación al tacho y la prueba fehaciente de que no hay modelo que soporte la ineficiencia, la demagogia, el populismo y la corrupción. En mi modesto entender, aún queda una política sincera y científica de fomento a la inclusión intercultural, como asignatura pendiente y como propuesta electoral oportuna.
Ese gran porcentaje de indecisos y probablemente un importante porcentaje de electores que fingen, en las encuestas, inclinación por cualquiera de las opciones menos desprestigiadas, a la hora de enfrentarse con sinceridad a la papeleta electoral, marcarán a favor del “mal recientemente conocido”, de la opción que, en su experiencia pasada inmediata, les dio visibilidad y orgullo identitario y en contra del “supuesto bien por conocer”, que no es ni “bien”, ni desconocido del todo. Que es “más de lo mismo” y que ahora muestra descaradamente su cara k´ara.
Comprendo que estemos ahora escaldados con el “pachamamismo” racista y demagógico de Choquehuanca, pero estoy seguro que mientras perviva como asignatura pendiente, la inequidad étnica o mientras no encaremos o asumamos y disfrutemos nuestra pluridad étnica como una virtud y una oportunidad, no habremos resuelto nuestro principal problema.
Ahora es cuando. Ahora, en vísperas de cumplir 200 años como república independiente, es la oportunidad para comenzar a construir, a partir de las semejanzas y diferencias y mediante las complementariedades, la unidad que tanta falta nos hace. No permitamos que la cara k´ara nos cueste cara y volvamos a lo mismo.
*El autor es psicólogo y magister en salud
Cel.: 70111807