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Masistas pretenden retomar el poder con elecciones o con violencia

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Editorial de Aquí 325

Masistas pretenden retomar el poder con elecciones o con violencia

La estrategia u objetivo fundamental de los masistas y de Juan Evo Morales Ayma (JEMA) es retomar el poder político en Bolivia.

Los movimientos tácticos que apuntan hacia esa estrategia fueron y son: el último bloqueo de caminos y de calles de El Alto, la participación en las elecciones del 18 de este mes con los candidatos Arce y Choquehuanca, y tienen en vista acciones de fuerza cuyos actores serían principalmente los operadores de los bloqueos de más de 10 días.

Los ejercicios parlamentarios de los masistas en la Asamblea Legislativa Plurinacional con sus dos tercios de votos y los trámites de jueces y fiscales también configuran movimientos tácticos de militantes masistas y/o de sus aliados, aunque los últimos son acciones de menor envergadura.

Los bloqueos, a pesar de que impidieron la llegada oportuna de oxígeno para enfermos de coronavirus en terapia intensiva y que causaron muertes, no causaron los reveses electorales en el MAS que esperamos la mayoría de los bolivianos.

Esos bloqueos fueron un ensayo político-electoral de los masistas y de sus amigos. Éstos ganaron en esas jornadas drásticas debido a que además hubo cuantiosas pérdidas económicas.

Ahora está más claro o debe quedar más claro que con esos bloqueos los masistas y sus electores marcharon hacia la retoma del poder. Aunque en ese momento los masistas ocasionaron muerte y hambre de muchos bolivianos, los electores masistas se fortalecieron, recogieron estímulos que ellos necesitan, no obstante de que es un contingente humano sobornado y por eso cautivo.

Hasta el cierre de esta edición las encuestas dan como posible ganador al binomio Arce-Choquehuanca el próximo 18.

Apoyados en esos datos, cuya comprobación sólo la darán las elecciones, los masistas creen que ellos ganarán en la primera o en la segunda vuelta, como ha dicho su principal candidato.

Los masistas dicen que si perdieran en la consulta sería porque se cometió fraude electoral en su contra, y ante esa derrota electoral los que gobernaron 14 años desconocerían los resultados electorales y desencadenarían acciones de fuerza, las que empezarían con bloqueos y de las que se habla entre la gente del pueblo en barrios paceños.

En Oruro, los dirigentes sindicales Orlando Gutiérrez (asalariado minero) y Andrónico Rodríguez (cocalero chapareño) han reiterado que si el binomio masista pierde en las urnas será porque hubo fraude electoral, ante el que responderán con acciones de fuerza para hacer respetar una supuesta victoria de los masistas el 18 de este mes.

Si la victoria electoral fuera de Comunidad Ciudadana (CC), con Mesa y Pedraza, y los masistas reconocieran ese triunfo también posible, el riesgo es que ese gobierno consiga una minoría parlamentaria y por tanto constituya un gobierno que tenga al frente una oposición masista en el desayuno, almuerzo y cena de todos los días.

No se debe sobrevalorar el papel opositor de los masistas, pero apoyados en que parece que no detendrán su marcha hacia la retoma del poder político no se debe perder de vista cuanto hicieron y cuanto hacen en esa dirección.

Algo más sobre las elecciones. Para esta publicación virtual, los que han hecho, hacen estos días y harán fraude electoral son los masistas y sus amigos.

Votarían los masistas y sus electores que tienen más de un carnet de identidad, con los que se han inscrito en un padrón que no ha sido depurado como se ha reclamado que haga el Tribunal Supremo Electoral.

Los masistas compran votos directa e indirectamente y tienen dinero para esa operación electoralmente dolosa.

En las mesas electorales en las que no haya control de otros partidos y frentes los masistas anotarían los votos ajenos en favor de sus candidatos.

Podría funcionar el llamado voto comunitario para Arce-Choquehuanca, es decir, comunarios votarían por sus hermanos masistas bajo presión política o a cambio de dinero.

Esas formas del fraude electoral que ejecutarían masistas y cofrades suyos ya han ejecutado en otras ocasiones, las que son muy difíciles de comprobar.

Arce y Choquehuanca tendrán la mayoría de los votos de los siguientes sectores sociales y por qué:

De cocaleros, porque éstos con un nuevo gobierno del MAS asegurarían la producción de coca que se destina a la elaboración de cocaína.

De los cooperativistas-empresarios mineros y de los dependientes de éstos, así esperan recibir más parajes mineros para explotarlos, más créditos, más regalos, como los concedidos por el otrora presidente Morales Ayma.

De los colonizadores, con la esperanza-certeza de ser favorecidos con más tierras, como 50.000 de ellos fueron dotados en la Chiquitania antes de que el bosque seco ardiera el año pasado.

De los campesinos, que recibieron regalos en varias ocasiones o dejaron el agro y se reubicaron en las ciudades, desde donde atienden algunas de sus chacras que prevalen y así constituyen los nuevos abscentistas: viven en ciudades y cuidan a control remoto sus tierras, labradas en muchos casos por proletarios y/o semiproletarios.

De muchos servidores públicos que continúan trabajando en las instituciones del Estado desde el régimen anterior, con la promesa de que si votan por el MAS y éste retoma el poder, no serán echados de sus puestos de trabajo.

Entre los candidatos del MAS a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) hay dirigentes sindicales, así como candidatos que son empresarios.

Especialmente fuera de Bolivia se informa que aquí la disputa electoral se da entre la izquierda que representarían los candidatos masistas y la derecha aliada a Comunidad Ciudadana que postula al binomio Mesa-Pedraza.

Estas dos candidaturas que se advierte que concentran la mayoría de las preferencias de los electores, según las encuestas conocidas, son las que suman el apoyo de sectores populares o de movimientos sociales, la primera, y de las capas medias la segunda.

La candidatura de los empresarios es la del binomio Camacho-Pumari, ambos exdirigentes de comités cívicos (Santa Cruz y Potosí).

El MAS no es ni instrumento ni frente ni partido, pero es una masa electoral que abarca una tercera parte del electorado, caudal político-electoral que le permitiría reconquistar el poder en las urnas. Sin embargo, tal victoria no es segura. Otra tercera parte de los electores no parece haber definido por quiénes votar. Entre esos electores se supone que muchos no votarán por los candidatos masistas ni por otro candidato que represente el pasado político de nuestro país. Sin embargo, se espera que una parte de los actuales indecisos voten por los candidatos de CC, cuya verificación sucederá el 18 de octubre, reiteramos.

La práctica social, electoral y política será la que demuestre cómo se realiza o no la estrategia masista, es decir, su operación retorno al poder y cómo funciona su táctica: su participación en las elecciones y un posible accionar violento del que no se debe descartar la proclamada guerra civil, bloqueo de caminos, enfrentamientos armados o una oposición cotidiana que prolongue la crisis política al extremo de dificultar y/o impedir la llamada gobernanza de un también posible gobierno de Mesa-Pedraza de CC.

Compañeros del campo popular consideran que los masistas tienen tales deseos, pero que no existen las condiciones para que venza un accionar violento como el que al parecer ellos buscan. A esos compañeros les invitamos a leer cuidadosamente la realidad y a conocer realmente a los masistas y a su jefe, y que de éstos creamos cuanto hacen más que cuanto dicen. Entre los integrantes del acuerdo político y simpatizantes de CC hay quienes apuestan a la victoria electoral en la primera vuelta. Otro deseo que está por verificarse.

En Bolivia de este tiempo, si se materializa un gobierno de CC, que sea para continuar la campaña para vencer al coronavirus o por la salud y la vida de los bolivianos; para administrar la crisis económica y para reactivar si fuera posible una “nueva” economía, y para superar la crisis política.

En esas condiciones, el pueblo-pueblo debe tener una nueva unidad y una dirección política propia: un frente antiimperialista y revolucionario para la segunda y definitiva liberación de Bolivia.

Para caminar por ese cauce, en esta publicación virtual, asimismo, confiamos en que el pueblo-pueblo, los explotados y oprimidos que no tuvieron ni tendrán privilegios como los concedidos por Evo Morales, con plata de los bolivianos, votarán por sus intereses.

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