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Que la sangre no llegue al río

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Pronunciamiento

Que el temor y la desazón no aprisionen a las familias indígenas del TIPNIS. Que la violencia contra y entre pueblos no se patrocine desde el Estado. Que nuestra sociedad no se mantenga pasiva ante las amenazas. Que no se extienda el acoso político y étnico.

Las ciudadanas y ciudadanos que conformamos la comisión nacional por el TIPNIS [1] expresamos nuestra mayor inquietud por el ascenso de la tensión que se vive allá, debido a la confrontación que está siendo metódicamente amplificada y promocionada por agentes estatales, quienes estuvieron presentes desde el primer momento, a través de la movilización de uniformados, como denunciaron oportunamente los representantes de las organizaciones de los pueblos del TIPNIS.

Nada de lo apuntado es novedoso, excepto las desafortunadas declaraciones del máximo encargado gubernamental de la coordinación con los “movimientos sociales” y la veloz e intensiva movilización de fiscales con el encargo de perseguir a representantes de organizaciones sociales indígenas. El mencionado viceministro ha intentado vincular la resistencia indígena con el aparato burocrático empresarial, autodenominado “media luna”, deformando la historia y la realidad.

Si tales declaraciones son algo más que el grave error personal de un funcionario, son anuncio de una inminente ofensiva para imponer mediante la fuerza —incluyendo la militarización— los proyectos de un determinado trazo caminero —ilegal e innecesariamente devastador por atravesar la zona de máxima protección de un parque nacional— junto con el ingreso de corporaciones petrolíferas transnacionales y subsecuentemente con la colonización, deforestación y devastación de ésa y otras áreas protegidas, patrimonio de cada boliviano y boliviana.

Lo que trasciende el plano de las amenazas es la súbita y diligente movilización de fiscales dispuestos, aparentemente, a perseguir con eficacia a dirigentes indígenas; es decir, hacer ahora contra las víctimas, lo que tuvieron que hacer y no han hecho, para identificar a los responsables intelectuales de la represión ocurrida en Chaparina, donde se violaron los derechos humanos masiva, reiterada y alevosamente, hace ya 22 meses.

El gobierno ha sido advertido, en múltiples ocasiones y por muchas y distintas voces, sobre lo peligroso y aberrante que resulta que un Estado que se denomina y conoce como plurinacional, desate y estimule los choques entre organizaciones y movimientos sociales. Nos produce el mayor temor e indignación que organismos de colonizadores, campesinos, cocaleros —todos ellos pobres e indígenas por origen, cultura y tradición— puedan utilizarse y azuzarse contra pueblos indígenas, en una estrategia que parece apuntar a privarles de parte de sus territorios y contra el conjunto de los bolivianos y bolivianas a quienes se pretende cercenar y negar nuestros derechos ambientales.

Hagamos del TIPNIS un territorio de paz, encuentro y diálogo para aprender a construir el “vivir bien”; no de temor, abuso de poder y enfrentamiento entre hermanos.

Comisión Nacional por el TIPNIS

26 de junio de 2013 

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