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Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA

Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/24-09-18)

El coordinador de la EAD, Dr. Alex Gutiérrez, brindó datos adicionales acerca de la estructura del curso de pedagogía para auxiliares de docencia, en la entrevista realizada esta semana por el Semanario Aquí:

Dr. Gutiérrez - Los primeros módulos estaban orientados paraestudiantes del área de la saludy a partir del segundo curso han participado estudiantes de psicología, que eran mis estudiantes más destacados (…), a partir de los subsiguientes cursos ya la participación ha sido muy interesante porque la demanda fue grande de los estudiantes de otras carreras. Los contenidos programáticos se han ido revisando constantemente (…). En la medida que ha ido pasando el tiempo, el número de estudiantes ha crecido y entonces hemos reducido los contenidos para ser más ágiles, para que (…) sean las herramientas más elementales para su práctica como auxiliares docentes. Así como hemos ido renovando los contenidos, también lo hicimos con las dinámicas y las actividades. Hemos hecho siempre cambios para cada curso.

   S. Aquí - ¿Nos puede describir de forma resumida cuáles son los contenidos de esos módulos?

Dr. Gutiérrez - El módulo uno se llama “didáctica universitaria”. En ese módulo (…) ingresamos al “A-B-C” de la didáctica en general, objetivos educativos, competencias, contenidos, métodos y técnicas de la enseñanza, recursos didácticos y evaluación.

El segundo módulo se llama “dinámica de grupos en el aula” y para este módulo se comienza a revisar lo que es la revolución y reforma universitaria en Córdoba (Argentina 1918) que ha significado instalar la autonomía universitaria en América Latina porque es producto de un trabajo grupal, por esa razón comenzamos reflexionando acerca de ese acontecimiento importante. Luego comenzamos a teorizar lo que son las dinámicas de grupo, (…) todo esto concluye para ingresar después a la investigación, donde revisamos la metodología de investigación científica clásica, (…). La metodología de investigación que les indicamos es general.

El tercer módulo se llama “evaluación del proceso enseñanza – aprendizaje”, este módulo es más delicado porque consideramos que la evaluación es un proceso sumamente complejo, entonces, comenzamos a reflexionar sobre la evaluación tradicional y la evaluación que se debe hacer realmente como corresponde (…). Con esos elementos entramos a ver cómo se está evaluando en la universidad, cuáles son las pruebas más hegemónicas que se realizan… y vemos qué tipos de pruebas se aplican (…)

Este módulo termina con un documento bastante cuestionador acerca de la evaluación andragógica, con una evaluación alternativa que se tiene que instalar en la universidad porque la evaluación que se hace es una evaluación pedagógica y esta evaluación pedagógica, analizando de manera estricta, está orientada para la escuela… y los estudiantes ya son adultos jóvenes o jóvenes adultos y la andragogía trata de esta característica psicológica, biológica y social.

Con eso concluye los contenidos del módulo.

Mayor información acerca de las convocatorias y actividades de la EAD, las encuentran en su página de Facebook.

(Semanario Aquí/24-09-18)

Los docentes somos arquitectos de la humanidad

Alex Gutiérrez Rodríguez:

Los docentes somos arquitectos de la humanidad

El  coordinador de la Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA brinda datos de ese trabajo, además de sus expectativas respecto a la docencia en la universidad pública.

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/24-09-18)

Con más de 40 años, en la ciudad de La Paz, el orureño Alex Gutiérrez Rodríguez, médico-reumatólogo de profesión y docente de vocación, partió de su tierra natal en la década de los años 70 del siglo pasado, luego de salir bachiller, con el deseo de estudiar medicina en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), sin sospechar que, la docencia y lo referente a la pedagogía, también, motivarían su cotidianidad hasta el día de hoy, fecha en la que lleva adelante la coordinación de la Escuela de Auxiliares de Docencia (EAD) de la UMSA. Esta Escuela ya lleva 32 versiones de un curso de pedagogía que tiene el afán de educar a los estudiantes que buscan ser auxiliares de docencia y quizás, en un futuro, también ser docentes.

¿Cuáles fueron sus motivaciones para decidir ser docente, además de médico?

—En la universidad pública tenemos la suerte y la oportunidad de ser auxiliares de docentes, y eso se logra a partir del segundo año, habiéndose destacado el primer año como estudiante. Yo tenía un buen rendimiento académico (…), me postulé para la auxiliatura de docencia y de ahí en adelante, hasta terminar mi carrera, no dejé de ser auxiliar docente. Entonces, ahí hice mi primer peldaño para el futuro ejercicio profesional como docente y me he sentido motivado después de terminar mi carrera para hacer la docencia en la universidad.

¿Cómo surge la iniciativa de crear un curso de pedagogía para futuros auxiliares de docencia?

—Una vez que ingresé a la labor docente vi que los auxiliares docentes no tenían una formación, entonces, en la facultad de Medicina (…) conocí al Doctor Marcelo Nava (…). Él me hizo participar en un seminario sobre objetivos educativos, sobre diseño curricular y evaluación, entonces eso yo he replicado para los auxiliares docentes.

Luego, el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana convocó a nivel nacional para hacer un curso de formación docente, de cada universidad han sido promocionados cuatro o cinco docentes y, junto a Jorge Alcoba (ingeniero y pedagogo, cómplice de iniciativas pedagógicas de. Gutiérrez), nos hemos inscrito por nuestra cuenta (…)

Saliendo de ese curso, también con Jorge Alcoba hemos replicado los cursos de formación docente y hemos invitado a participar a los auxiliares de docencia.

Después he fundado lo que es el Centro Psicopedagógico y de Investigación en Educación Superior (CEPIES), en la Universidad Mayor de San Andrés, siendo de la primera generación y, destacándome como estudiante en el curso de especialización con los cubanos, me encargaron y me invitaron a reproducir los módulos en el CEPIES. Fue entonces allí donde hice la labor docente de los diplomados para el ejercicio de la docencia por bastante tiempo.

Luego, vi que era más importante, necesario y urgente hacer aquello para los auxiliares docentes, entonces diseñé el curso de pedagogía en tres módulos, didáctica universitaria, dinámica de grupos y evaluación (…). Dejé el CEPIES y me dediqué íntegramente desde el año 2002 a la fecha a formar auxiliares docentes.

    ¿Cuál sería la mejor recompensa de su labor frente a la EAD?

—Un reconocimiento institucional mayor, una decisión política y comprometida de nuestras autoridades con la Escuela porque nosotros nos debatimos con el débil apoyo que nos da el vicerrectorado, tenemos grandes dificultades, tenemos que conquistar la buena voluntad del decano de turno de la Facultad de Medicina para tener la luz verde del uso de las aulas para desarrollar normalmente nuestra labor. Es que Medicina se presta, los sábados, como un centro ideal por la cantidad de aulas, está en el centro de la ciudad, es de acceso fácil y, entonces, yo quisiera que las autoridades pudieran brindar mayor apoyo.

¿Puede hacer una evaluación de la situación de la pedagogía y la docencia en la universidad?

—Es un tema delicado y complejo para tratar y opinar. Efectivamente la UMSA se distingue por ser reconocida como una de las mejores universidades en el sistema universitario público y esa es la honra que tiene la UMSA pero, no por ello, hay que tapar el sol con un dedo; todos los docentes como en las otras universidades, para ejercer el cargo docente han hecho el curso del diplomado en educación superior, yo he formado parte de ese programa (…) pero, los futuros docentes que asisten a estos módulos se hallan comprometidos con los encargos del diplomado hasta que lo concluyen y reciben su certificado. Muy pocos modifican su forma de ser, muy pocos cambian de actitud al momento de realizar sus actividades docentes, mucho menos cuando se trata de evaluar. La mayor parte marca el paso dentro de la evaluación tradicional donde sólo interesa el examen y nada más que el examen, y no toman en cuenta los otros elementos que se deben hacer, asistencia, participación, trabajos individuales, grupales, evaluación grupal, autoevaluación…porque son gente ya madura la que está en la universidad y debería instalarse una cultura de autoevaluación, de autocrítica.

He tenido como encargo el indagar en las distintas facultades y ver, a través de los asistentes a mi curso, los tres mejores docentes de cada facultad (…) y la verdad es que les ha sido difícil a los chicos identificar tres mejores docentes. Pero también les he preguntado sobre tres docentes que no deberían ser docentes una vez terminando el curso de pedagogía y dándoles los elementos de qué cualidades deberían tener los docentes, ahí los chicos sí tenían cualquier cantidad de nombres para poderlos dar.

En resumen, hay docentes buenos, excelentes, extraordinarios pero, en un porcentaje muy pequeño; hay docentes cuya participación es tibia, poco comprometida, esos son los más, y hay docentes que, la verdad, no sabemos cómo han superado los requisitos y las exigencias para llegar a ser docentes porque dejan mucho que desear.

¿Usted podría brindar un par de sugerencias para mejorar la situación de la docencia en la universidad?

¡Desde luego!, reflexionar con ellos (los malos docentes) que la labor docente es una labor de servicio. ¿Qué significa esto? Una vocación de dar de manera íntegra, compartir los conocimientos que se tiene para potenciar siempre al otro, ese otro son los estudiantes que, de paso, llegan a nuestras asignaturas. Que tengan mayor compromiso con esa labor docente, reflexionar con ellos que los docentes somos arquitectos de la humanidad, que significa construir, aportar en la construcción y desarrollo personal de los profesionales en nuestra universidad y de eso somos responsables, pero muchas veces no construimos, destruimos por las inconductas a muchos estudiantes, los frustramos, los desmotivamos y, entonces, esta es una invitación que se tiene que hacer con esos docentes.

Y en el caso de la obligación que tienen los directores de carrera es hacer un seguimiento de todos sus docentes pero, concentrarse en ese seguimiento y control, más en aquellos docentes que tienen observaciones por los estudiantes.

     ¿Qué piensa respecto a la evaluación docente?

—La evaluación docente es muy poco útil para mejorar la calidad académica porque, finalmente, llegado el momento de la evaluación, no hay docente malo, todos completan (la calificación) presentando los certificados que exigen, los trabajos que exigen y no es una evaluación que sea solvente. Hubo mucho desmedro en los criterios de evaluación últimamente en esos formularios.

¿Qué recomendaciones podría brindar a quienes deciden optar por el ejercicio de la docencia?

Bueno, la labor docente exige vocación, no deben pensar que es un trabajito más (…), la labor docente es exigente, de mucho compromiso y por eso mi mensaje a los jóvenes es que, si tienen cualidades de transmitir, de socializar la información que poseen, con sus compañeros, entonces tienen las condiciones de ejercer la docencia. Entonces que se presenten a cuanta oportunidad tengan para ser auxiliar docente en sus carreras, destacarse como estudiantes, tener solvencia con el conocimiento, facilidad de palabra pero, por sobre todo, convicción de lo que dicen a sus compañeros.

¿Podría explicar el concepto de la educación integral a la que apunta el curso de pedagogía en la Escuela de Auxiliares?

—En el curso de pedagogía trabajamos todos los contenidos centrados en los valores humanos, entonces, nuestros estudiantes en cada sesión están trabajando lo que es el respeto, la disciplina, la puntualidad, el reconocimiento, la gratitud, el liderazgo, la justicia, la libertad y todo talento que signifique vigorizar la personalidad y distinguirla del resto de la gente. Entonces, cualquiera que sea la profesión, si está centrada en valores humanos, estamos asegurando no sólo un buen profesional que tenga exquisitez en el conocimiento específico de su carrera, sino también una buena persona, que tenga las competencias, no sólo del saber, sino también del saber hacer, del saber ser y del saber estar. En consecuencia, nosotros trabajamos en las competencias pero, como tema transversal, los valores humanos.

 (Semanario Aquí/24-09-18)

Método para procesos creativos compartidos

Método para procesos creativos compartidos

(Fragmento de la entrevista realizada al músico italiano Luca Belcastro)

Para las personas interesadas en profundizar el tema de la creatividad compartida, el artista europeo describió de manera general, para este Semanario, el método que enseñó en el taller realizado el pasado mes de agosto de 2018, en la ciudad de La Paz:

—El método se divide en tres etapas fundamentales, la primera etapa es de exploración emocional imaginativa, es decir, se intenta con algunos ejercicios e invitando a algunas reflexiones a descubrir o a evidenciar algunos lados de nosotros mismos que están como escondidos o sofocados por máscaras, por etiquetas, por roles, por todo lo que nos han impuesto. Cuando uno empieza a vislumbrar detrás de estas máscaras algo que es más genuino y más sincero, intentar con eso, de manera más emocional, desarrollar un mundo imaginativo y darle libertad para que aparezcan cosas. Muchas de esas cosas tienen como alguna resistencia, otras menos pero, la idea es intentar en esa imaginación libre y sin confines evidenciar algunos elementos y extrapolarlos para luego explorarlos a nivel general, físico, psicológico, emocional, etc. y ver cómo son y qué relación podrían tener entre ellos.

Terminado eso, la segunda etapa sería una elaboración narrativa, es decir, se pone una relación entre estos elementos y se empieza con esquemas y gráficos para intentar definir las presencias en el tiempo, la perspectiva, el punto de vista, las profundidades, intentar encontrar el recorrido narrativo y todos los expedientes narrativos para llegar a darle una forma en un gráfico formal que sea la representación ideal de lo que quisiera hacer.

Empezaría entonces una tercera etapa de realización técnica donde, empezando de ese gráfico formal y viéndolo de la manera estructural, definir qué parámetros específicos utilizaré, qué instrumentos, qué materiales y la técnica. Siempre en ese camino está la posibilidad de una reflexión sobre sí, que cada decisión que uno toma es una oportunidad para conocerse; es un instrumento de autoconocimiento y autotransformación muy poderoso, dijo el músico europeo.

Quien desee explorar acerca de este método, puede visitar el portal virtual de la plataforma cultural “Germinaciones”: www.germinaciones.org

(Semanario Aquí / 24-09-18)

Para comprender la creatividad compartida

Para comprender la creatividad compartida

¿Qué proceso recorre la creación artística colaborativa?

Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/24-09-18)

Después de participar en el taller de “Procesos de Creación Compartida”, dictado por el músico y compositor italiano, Luca Belcastro, se le realizó una entrevista en este medio para desmenuzar las motivaciones y los detalles detrás del método enseñado en aquel taller.

Imaginémonos entrando a una galería de arte y encontrando de frente un cuadro que representa un retrato, la primera imagen que tu mente produjo de ese retrato en este momento es la creación personal de tus experiencias y pensamientos. Bien, cada artista posee también un cúmulo de experiencias, motivaciones y  herramientas que le llevan a crear, en este caso un cuadro, y el resultado estará en función de cómo combine el artista esos elementos. Si ostenta técnica quizás podamos observar en esa galería imaginaria un cuadro muy similar a una fotografía, si además de la técnica influye en el creador un proceso de reflexión acerca de lo que desea mostrar, como por ejemplo. Algunas motivaciones personales, el carácter mismo de quien será retratado o una interpretación de cómo lo ve el artista, seguramente observaremos algunas variaciones en la postura del modelo, en la composición del cuadro, en el uso de los colores o la falta de ellos, la elección de los materiales y hasta la presentación misma del retrato. De esta forma el o la autora de una obra sigue un camino propio, un proceso creativo de niveles más intrincados que la simple observación. Lo mismo se puede explicar en cualquier obra de cualquier disciplina creativa, ya sea una obra musical con el ordenamiento de sus tonos y la composición de su letra o los movimientos en el caso de la danza.

Pero si hablamos de lo esencial del procedimiento en cuestión, previamente a la culminación del cuadro que nos hemos imaginado, en el método de Belcastro existiría, además, un momento de crítica constructiva colaborativa al interior del grupo o colectivo de personas que son parte de este proceso, ingrediente que alimentará la obra del artista con esos aportes y puntos de vista, orientando así el rumbo final de la que ya se habría convertido en parte de una “creación colectiva”.

Para encausar una reflexión honesta acerca de los motivos que desearían mostrar en sus obras, las personas asistentes al taller tuvieron dificultad en desinhibirse, lo cual es un requisito primordial, pero, poco a poco la confianza para ese objetivo se fue dando. Luca Belcastro confiesa que, en la mayor parte de Latinoamérica, estas costumbres artísticas colaborativas son un denominador común y que influyeron de manera importante en el método que él estructuró.

Para mayor detalle, el lector puede visitar el portal web de la plataforma cultural Germinacciones: www.germinaciones.org

(Semanario Aquí/24-09-18)

Influido por Latinoamérica en la creación artística compartida

Luca Belcastro, músico italiano

Influido por Latinoamérica en  la creación artística compartida

En esta entrevista habla del método que utiliza para esta creación que, sin ser nueva, cuenta con los aportes del artista europeo

 Franz Cuevas Navarro

(Semanario Aquí/24-09-18)

 Luca Belcastro, compositor de música clásica y contemporánea, un italiano que comparte la reflexión y la creación en esta región del mundo. Ganador de premios y reconocimientos, estuvo en La Paz el pasado mes de agosto (2018) para transmitir sus experiencias respecto a un método de procesos creativos compartidos. Ese taller tuvo lugar en la División de Culturas de la Universidad Mayor de San Andrés, como parte de las actividades de la plataforma “Germinacciones”, de la cual Belcastro es fundador. Con él sostuvimos el diálogo que sigue:

             ¿Cómo se define a sí mismo Luca Belcastro?

-       (…) soy un ser humano que intenta conocerse lo más posible y eso (me) permite reflexionar también acerca de un proceso creativo, como un acto de transformación personal, como un acto de conciencia y de conocimiento.

Desde niño fui (…) reflexivo, claro todos somos también condicionados por modelos culturales del ambiente donde nacimos, por lo que nos enseñan (…). Después fui un niño rebelde (…) existía ese contraste entre el “querer” y el “deber”, lo que soy y lo que pienso ser (…) fue una inquietud en mi vida, entonces, el hecho de transferir toda esa reflexión en procesos creativos me permitió ver las cosas de diferente perspectiva.

            ¿Cuándo empezó a germinar su propuesta?

—Lo que voy contando y voy proponiendo es algo que estaba en mí, que yo utilicé en mi proceso creativo que no era tan conforme o igual al de mis compañeros de allá –de Italia- . Siempre apuntaba la atención hacia algunos aspectos que allá no se consideraban mucho, como el mundo emocional imaginativo, como el acto comunicativo. Cuando yo estudiaba en el conservatorio, la palabra emoción, comunicación o expresión estaban prohibidas porque la música es técnica, la composición es técnica.

(…) Todo responde a una necesidad creativa, yo de niño estudié guitarra junto con mis hermanos, antes era más un juego pero con el tiempo se transformó en un estudio muy preciso, selectivo y competitivo. Y eso lo encontré también en el mundo de la composición (…), todos se cuidaban de contar al otro sobre sus técnicas y el concurso era el modelo a seguir (…). Digamos que un cambio de perspectiva, no tanto personal sino ambiental fue cuando viajé a América Latina en 2007 y allá me encontré con situaciones muy diferentes a las que yo estaba acostumbrado. Yo tenía mi imaginario de América Latina de niño porque, de casualidad, empecé a escuchar música chilena cuando un grupo chileno después del golpe de Pinochet se encontró en Italia y cantaba canciones de protesta sobre todo.

Influencia de la esencia latinoamericana

—Aquí encontré cosas muy fuertes y emocionantes vi, por ejemplo) cómo los niños se acercaban a una posibilidad de hacer música, que era en las fiestas tradicionales de sus pueblitos, eso representaba sentirse parte de una comunidad y sus padres y sus abuelos tocando en el mismo grupo cuando, en contraposición, mi experiencia de niño y de estudiante era una experiencia solitaria, selectiva, competitiva.

Veía cómo en esos lugares de las fiestas tradicionales, la manera de vivirlas hasta llegar a un protagonismo sincero, honesto, puro, no era contaminado por otras intenciones. Vi en paralelo lo que pasaba en las instituciones académicas donde esos mismos niños que crecían y querían estudiar los instrumentos, tenían que entrar en un conservatorio y muchas veces dejar de lado sus instrumentos (los tradicionales)”.

Eso me empezó a hacer reflexionar que los modelos culturales son muy fuertes, sobre todo el europeo en las instituciones académicas en América Latina, pero la realidad es otra. Ese contraste fuerte entre el mundo académico y la realidad me impulsó para invitar y proponer espacios en el límite de esos ambientes para el intercambio de experiencias que lo haga fértil.

Propuesta de “Germinacciones”

Sigue el artista italiano:

—Empecé a proponer espacios y reunir personas con las cuales reflexionar sobre todo eso para realmente ponerlo en práctica a nivel creativo y llegar a crear una composición y escucharla. Eso fue el primer año, el 2008 empezaron los primeros cursos. Al inicio estos cursos estaban bastante limitados al mundo musical de la composición y la interpretación, pero con el tiempo empezó a abrirse a otras disciplinas y la metodología que estaba desarrollando, es decir, mi idea de proceso se iba adaptando, experimentando y reflexionando sobre lo que pasaba hasta llegar a lo que ahora estoy proponiendo como posible camino de pasos comunes para todas las disciplinas creativas.

Creatividad y técnica en una balanza

¿Qué relación de peso debería existir entre guiar la técnica e impulsar la creatividad?

— La técnica es una necesidad, es consecuente de una intención creativa, si no hay un intento creativo, enseñar técnica no sirve de nada. La técnica es algo que hay que aplicar en función de una necesidad. En el ambiente académico se siguen dos caminos que tienen que ser bien claros, el camino de los ejercicios técnicos y el ejercicio de la propia creatividad, de la creación personal; a veces se confunde, se cree que haciendo un ejercicio técnico uno está componiendo o que, para componer, se necesita sólo el ejercicio técnico. Son dos caminos diferentes, la técnica es indispensable, claro que tiene que ser una técnica lo más personal posible, que es fruto de la experiencia personal y, el proceso creativo, es una reflexión sobre los significados a nivel personal, a nivel social, a nivel de intenciones, de relaciones con el otro.

(…)Son dos caminos paralelos que deberían estar presentes, uno como conocimiento y experimentación para tener algunas herramientas y personalizarlas y, el otro, como reflexión personal para llegar con él a la necesidad de encontrar alguna solución técnica específica para ese proceso.

La misma balanza para la creación de una obra

¿Cuáles serían entonces las consecuencias de estos procesos mal llevados, traducidas por ejemplo en una obra concluida? 

—Esas obras, esas composiciones –refiriéndose a algunas obras musicales de virtuosismo técnico—  ostentaban técnica y cuando uno ostenta técnica está invitando a entender qué pasa (…). Yo creo que una técnica bien desarrollada es importante pero tiene que ser transparente, tiene que permitir ver lo que está detrás de ella (…). La técnica si no es utilizada de forma funcional y efectiva a ese mundo imaginativo y emocional, se convierte en un obstáculo, una cortina negra que impide ver lo que está detrás de la obra.

Incentivo a la creatividad compartida

¿Por qué es importante el incentivo de la creatividad compartida en la formación artística?

—La idea de la educación artística debería ser el crecimiento como persona. Estamos en un mundo extraño en el cual parece que la educación artística debería producir, o grandes artistas, o personas deprimidas que no van a acercarse nunca más a un acto creativo, porque es tan selectiva que destruye cada tipo de creatividad común. Entonces, yo creo que un proceso compartido a nivel educativo permite detener ese decrecimiento de la persona, de su perspectiva, del propio mundo emocional, de la percepción del mundo, de la capacidad de disfrutar de una obra de arte y de un acto creativo de otros. Lo que pasa es que en esos ambientes siempre son todos enemigos y lo que hace el otro es feo porque lo está haciendo él; es muy difícil disfrutar de lo que están haciendo los otros y

¿Cómo visualiza Luca Belcastro la base de una buena formación en el área artística?

— Es importante considerar la base cultural de donde uno está para desarrollar una capacidad perceptiva de la realidad y sobre eso construir un propio mundo creativo, lo que pasa es que a veces uno intenta construir sobre bases que no son suyas. Para hacer esto el primer paso es darse cuenta de cuáles serían los modelos culturales, las máscaras, los roles, las etiquetas y las definiciones que nos impiden ver y percibir la realidad (…), es la creación de una conciencia (…). La percepción propia de la realidad es mucho más importante que cualquier instrumento técnico de otros.

 (Semanario Aquí/24-09-18)

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