Testimonio de Vida
Yo trabajo desde mis 15 años porque siempre quise algo de independencia. Comencé como mesera en un restaurante en el Centro de La Paz, trabajaba en época de vacación y a veces, e época de clases.
Marcela Barrios B.
Yo soy una mujer fuerte porque tuve que pasar por mucho y aún así estar de pie. Comencé a trabajar desde los 15 años y junto mi hermana vimos la violencia que mi madre enfrentaba.
Esa fue una de las dificultades más grandes que tuve que vivir. Eso me marcó y creó que por esa situación tengo un carácter fuerte.
A consecuencia de la violencia, mi mamá se separó. En ese entonces yo tenía nueve años.
Vivir en medio de violencia es complicado. Y vi mucho de eso en mí mismo padre. Es feo verlo en tu familia.
Yo soy Eliana y yo no quisiera enfrentar una situación igual.
“Quiero salir de eso, ¡no quisiera vivir lo mismo! ¡Detestaría vivir lo mismo!. Eso es lo que más me ha marcado en la vida. (…) Por eso tengo un carácter fuerte. ¡Rechazo ese tipo de actitud, totalmente¡”.
Por ese problema, mi mamá se separó de mi papá. En ese entonces yo tenía nueve años.
Este tipo de vivencia te crea debilidad. Por eso digo que mi mamá salió muy vulnerable. Pero, a pesar de todo, ella logró terminar su carrera universitaria y que no podía seguir porque mi papá no la dejaba.
“Gracias a Dios terminó su carrera, porque no tenía ni su carrera terminada. No la dejaba mi padre. Muy machista mi padre”.
Luego que terminó su carrera éramos sólo las tres. Ella sola con dos niñas pequeñas. Tenía que ponerse fuerte y más bien, el caso de mi madre fue crecer como mujer.
El tiempo pasó, mi hermana y yo crecimos. Hoy estamos bien, puedo decir. Estamos más tranquilas y logramos sobreponernos por el ejemplo que ella, mi madre, nos dio. Una tiene que ser fuerte.
Tengo 21 años y estudio contaduría pública en la Universidad Mayor de San Andrés. Estoy en tercer año.
Actualmente, tengo mis clases en la mañana y en la tarde. Y en las noches trabajo como cajera en un restaurante en la zona sur. Trabajo generalmente hasta las 24.30 de lunes a viernes y a veces trabajo los domingos.
Pude organizar mis clases desde las 09.00 hasta las 19.30, aunque algunos días tengo clases hasta las 15.30 y los jueves tengo clases hasta las 18.30, lo que significa que no me quedo hasta el final de las clases porque a las 18.00 ingreso al trabajo.
Cuando tengo tareas debo aprovechar el puente que tengo algunos días de 15.30 a 17.30 para hacer tareas y otros trabajos de la universidad.
Trabajar y estudiar, sobre todo con estos horarios, es complicado porque a veces no me alcanza el tiempo para hacer los deberes universitarios y debo terminar en mi casa, después del trabajo y me desvelo hasta las 02.00 de la mañana.
Decidí trabajar sobre todo porque mi mamá es madre soltera. No es que nos falte dinero, pero mi mamá tampoco puede sustentar todos mis gastos y otros gustos. Me da dinero para lo básico, pero ya no para mis gustos. Yo me ocupo de mi ropa, ella de mis pasajes y los servicios básicos en la casa.
Tengo una hermana menor por un año. Ella no pudo ingresar a la universidad pública, entonces para no perder el tiempo se inscribió en una privada. Y por eso mi mamá debe pagar todo las pensiones.
Mi hermana también trabaja y cubre sus gastos. “Tenemos que apoyarnos entre las tres”.
Mi mamá es licenciada en Contaduría Pública. Ella, se la pasa trabajando de mañana a noche, de mañana a noche. No tiene un horario muy establecido. Entra a su trabajo a las 09.00 y sale a las 24.00.
Mi mamá trabaja los sábados, yo a veces trabajo los domingos, o mi hermana. Por eso, no podemos estar las tres, no coinciden nuestros horarios. Mi hermana sale más temprano, yo salgo después, mi mamá llega más tarde o yo llego cuando ya están durmiendo.
A veces coincidimos y estamos las tres algún feriado. Pero es raro.
Extraño compartir y estar más tiempo con mi familia.
Algunas veces nos vemos después del trabajo, después de las doce de la noche y nos quedamos charlando.
Como no nos vemos seguido tenemos que contarnos lo que nos pasó. Siempre es bueno conversar con la familia.
Por el momento, mi meta es terminar mi carrera y viajar, más que nada porque es el deseo de mi mamá, que su hija sea profesional.
Mi mamá me educó con la visión de crecer como persona. Además, me gusta ser independiente.
Mi hermana estudia la carrera de comercio internacional. Quería estudiar medicina, pero por varios factores no se ha podido y tuvo que elegir otra carrera sí o sí.
Ella es más independiente que yo, puedo decir. Quiere también salir del país, quiere viajar más que nada y terminar su carrera.
El trabajo
Mi trabajo es muy importante, por eso me esfuerzo para cumplir con mis responsabilidades. Me gusta cumplir los horarios y no me gusta incumplir en ningún aspecto.
Al ser cajera me relaciono directamente con las y los clientes y eso es complicado porque tienes que interrelacionarte con otras personas que tienen otro carácter y forma de ser.
Con los compañeros y compañeras tampoco tengo problemas, porque soy una persona abierta a ciertos temas. Tengo una buena relación con todos y todas.
Yo trabajo desde mis 15 años porque siempre quise algo de independencia. Comencé como mesera en un restaurante en el centro de La Paz, trabajaba en época de vacación y a veces, en época de clases.
Fue complicado porque se supone que los menores de edad no deben trabajar, porque a la vez estudiaba en el colegio por las tardes y porque en esa época vivía en Rio Seco, en El Alto, más allá de lo que hoy es la última parada del teleférico azul. Estuve en ese empleo durante dos años.
Ese trabajo me sirvió de experiencia porque ahora ya sé cómo enfrentar los problemas que pudieran presentarse.
Después me fui a trabajar a un café en la zona sur; fui mesera y a veces cajera. Ahí estuve tres años.
Actualmente, a pesar de estudiar en el día y trabajar en la noche, también hago otros trabajos extras, como el llenado de libros de compra y venta, lleno formularios para descargar facturas y otros que me enseña mi mamá que está relacionado con mi trabajo y que me pueda generar ingresos extras, porque el salario no alcanza. Todo ingreso adicional es siempre bienvenido.
Todos los trabajos que tuve fueron conseguidos por mi mamá. Ella tiene muchos conocidos. Entonces, por confianza, me metieron al puesto cajera. No tengo problemas en mi desempeño, pero el horario sí en pesado.
“Trabajar y estudiar es pesado, pero por necesidad una lo tiene que hacer”.
La cotidianidad se torna agobiante porque llego tarde a casa y al día siguiente tengo que despertar temprano y continuar con las tareas. Y me doy cuenta de que no duermo lo suficiente.
Tampoco tengo mucho tiempo para almorzar. Por ejemplo, los lunes tengo puente y me alcanza el tiempo para ir al café de la facultad para sentarme y almorzar, pero otros días sólo tengo media hora para comer y, si lo hago, ya estaría perdiendo una clase.
Los lunes tengo más tiempo y el resto de los días tengo clases de corrido. Por un lado, eso es mejor porque a veces hay puentes y no queda mucho tiempo para hacer las tareas y trabajo. Ese es un factor a mi favor.
“Trabajar y estudiar es cansador, es complicado, pero no imposible”.
Desde mis 9 años vivimos mi hermana, mi mamá y yo. Y durante todo el tiempo que vivimos las tres, mi mamá nos ha enseñado a ser fuentes.
Con la experiencia que ella tuvo y pasamos las tres se nos formó un carácter fuerte y puedo decir que soy capaz de trabajar y mantenerme, porque mi madre nos ha dado buenos valores para enfrentar la vida.
Es cierto que en un punto de la vida hace falta un papá, porque aún estamos en una sociedad machista y la mujer a veces no es bienvenida en algunos aspectos. Por lo general, son los padres los que sacan la cara por sus hijos. Yo no tuve eso, porque mi mamá trabajando y ocupándose de nosotras, sus hijas, hacía de padre y madre.
Toda esa vivencia ha servido para que yo sea más independiente y aprenda a valerme por mí misma. “Por eso digo que soy una mujer fuerte porque tuve que pasar por mucho y aun así estar de pie”.
Testimonio de Vida
Después que salí bachiller tenía necesidad de trabajar porque la situación económica en mi familia no estaba bien y yo debía velar por mis gastos. Actualmente, trabajo sólo los sábados en eventos infantiles. Pinto en las caras de los niños y niñas.
Marcela Barrios B.
La situación económica en mi familia no estaba bien, por eso decidí trabajar. Era administradora en un local de eventos infantiles durante todo del día, hasta las 19.30. Luego corría a la universidad, a clases y llegaba muy cansada.
“Cuando estaba en segundo año trabajaba entre semana y me veía perjudicada porque interrumpía por cuestiones laborales el estudio. No asistía a clases, no tomaba atención y si llegaba a clases estaba bastante cansada. Entonces, afectaba mi condición de estudiante porque no rendía como debía ser”.
Mi nombre es Adrianis, tengo 23 años y estudio la carrera de Ciencias de la Comunicación Social, en la Universidad de San Andrés (UMSA).
Mi trabajo de administración de ese local era divertido pero, desgastante porque hacia fuerza al trasladar mesas y llevar cajas. También hacía decoraciones y a veces reemplazaba a alguna mesera. Me partía en mil.
Trabajaba por las tardes de lunes a viernes y los fines de semana todo el día. Como trabajaba hasta las 19.30 tenía que salir corriendo a mis clases. Debía llegar en cinco minutos, desde Sopocachi hasta el monobloc (de la UMSA). Debía correr cuatro cuadras y media, pero a veces me retrasaba y encontraba la puerta del aula cerrada, y ya no podía entrar.
En esos años tenía bastante necesidad de trabajar porque la situación económica en mi familia no estaba bien y yo debía velar por mis gastos.
Debía pagar mis pasajes y en ese tiempo habían subido. Había días en los que bajada temprano porque tenía que hacer trabajos.
“Me quedaba días enteros en la universidad. Llegaba temprano para utilizar el internet de la universidad y hacer mis tareas. Me quedaba a almorzar y luego me iba al trabajo, y el almuerzo implicaba otro gasto”.
Tiempo después dejé ese trabajo y decidí buscar otro. Gracias a Dios se me dio y logré encontrar otro, también en eventos infantiles y sólo trabajaba los fines de semana.
Actualmente, sólo trabajo los sábados y tengo más tiempo para dedicar a mi familia.
Ahora estoy estudiando inglés en el Centro Boliviano Americano, gracias a un convenio que existe con la UMSA. Pago mi mensualidad con el dinero que ahorré mientras trabajaba todo el día y mi familia también me colabora.
Luego voy a la universidad porque tengo mis últimas materias a medio día, luego me voy a mi casa, en Achachicala, y vuelvo en la noche porque otras clases (tengo en ese horario). Y los fines de semana trabajo (risa). Es complicado, pero se puede.
Al trabajar los fines de semana he llegado a sacrificar muchas cosas, por ejemplo. la convivencia familiar. Y ya no convivía mucho con mi familia y eso afectó a mi entorno familiar. No había comunicación y por eso he tenido muchos problemas.
Entre semana, mi familia trabaja y los fines de semana quieren almorzar, pero a veces no se puede.
Gracias a Dios encontré un trabajo que me conviene y que me gusta. Pinto decoraciones en las caritas de los niños y niñas en fiestas infantiles. También hago globoflexia, o sea manipulo los globos para darles una forma. Eso les gusta a los pequeños y pequeñas.
Trabajo todo el sábado, programo dos o tres eventos y así no trabajo los domingos. El domingo lo dedico a mi familia, a mi pareja, a mi vida sentimental.
Cobro por pintar caritas por hora y logro reunir por mi trabajo de fin de semana 100 bolivianos, que es para mis gastos de la semana.
“Percibo 100 bolivianos, que es para toda mi semana. Ya tengo cubierta mi semana, para mis pasajes y mi comida”.
Vivo con mi papá, mi mamá y mi hermana menor.
Mi hermana es mucho menor, le llevo por siete años. Ella también quiere trabajar para tener sus propios ingresos, pero mi mamá no le deja porque conmigo perdió un poco de conexión y no quiere que pase lo mismo (con mi hermana menor).
Mi objetivo actual es egresar. Y una vez que egrese, ya está planificado, si Dios quiere al año siguiente me titularé.
Posteriormente, quiero postular a conseguir una beca en el extranjero y ello significa que debo tener buenas notas, lo que es difícil porque aquí en la Carrera hay gente dedicada, debo admitirlo, y hay buen elemento.
Luego de titularme quisiera ejercer mi profesión en el área de Relaciones Públicas porque me gusta esa área. También quisiera trabajar como asesora en comunicación en alguna representación diplomática, algo así.
Al trabajar y estudiar al mismo tiempo me di cuenta de que se puede hacer ambas cosas, lo importante es saber administrar los tiempos.
“Puede lograr acceder al trabajo, estudio y también puede dedicarle tiempo a su familia. Es difícil y es bastante estresante, te llegas a colapsar, pero se puede, se puede y más cuando estás joven”.
Además, trabajar y estudiar es casi obligatorio porque los tiempos actuales nos obligan, nos condicionan a actuar así. Todo ha cambiado.
Ha cambiado en cuestiones monetarias, en formas de visión. Antes las mujeres no podían acceder tan fácilmente a un trabajo, pero ahora se puede. También el costo de vida ha subido y te obliga a trabajar.
Se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo, mientras una o uno sea equilibrado.
Si consigo una beca creo que no sería complicado alejarme de mi familia porque el haber trabajado me ayudó a lanzarme al mundo. Antes yo era muy tímida, pero el trabajo me ha orillado a ser una persona más extrovertida.
Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí/24-09-18)
El coordinador de la EAD, Dr. Alex Gutiérrez, brindó datos adicionales acerca de la estructura del curso de pedagogía para auxiliares de docencia, en la entrevista realizada esta semana por el Semanario Aquí:
Dr. Gutiérrez - Los primeros módulos estaban orientados paraestudiantes del área de la saludy a partir del segundo curso han participado estudiantes de psicología, que eran mis estudiantes más destacados (…), a partir de los subsiguientes cursos ya la participación ha sido muy interesante porque la demanda fue grande de los estudiantes de otras carreras. Los contenidos programáticos se han ido revisando constantemente (…). En la medida que ha ido pasando el tiempo, el número de estudiantes ha crecido y entonces hemos reducido los contenidos para ser más ágiles, para que (…) sean las herramientas más elementales para su práctica como auxiliares docentes. Así como hemos ido renovando los contenidos, también lo hicimos con las dinámicas y las actividades. Hemos hecho siempre cambios para cada curso.
S. Aquí - ¿Nos puede describir de forma resumida cuáles son los contenidos de esos módulos?
Dr. Gutiérrez - El módulo uno se llama “didáctica universitaria”. En ese módulo (…) ingresamos al “A-B-C” de la didáctica en general, objetivos educativos, competencias, contenidos, métodos y técnicas de la enseñanza, recursos didácticos y evaluación.
El segundo módulo se llama “dinámica de grupos en el aula” y para este módulo se comienza a revisar lo que es la revolución y reforma universitaria en Córdoba (Argentina 1918) que ha significado instalar la autonomía universitaria en América Latina porque es producto de un trabajo grupal, por esa razón comenzamos reflexionando acerca de ese acontecimiento importante. Luego comenzamos a teorizar lo que son las dinámicas de grupo, (…) todo esto concluye para ingresar después a la investigación, donde revisamos la metodología de investigación científica clásica, (…). La metodología de investigación que les indicamos es general.
El tercer módulo se llama “evaluación del proceso enseñanza – aprendizaje”, este módulo es más delicado porque consideramos que la evaluación es un proceso sumamente complejo, entonces, comenzamos a reflexionar sobre la evaluación tradicional y la evaluación que se debe hacer realmente como corresponde (…). Con esos elementos entramos a ver cómo se está evaluando en la universidad, cuáles son las pruebas más hegemónicas que se realizan… y vemos qué tipos de pruebas se aplican (…)
Este módulo termina con un documento bastante cuestionador acerca de la evaluación andragógica, con una evaluación alternativa que se tiene que instalar en la universidad porque la evaluación que se hace es una evaluación pedagógica y esta evaluación pedagógica, analizando de manera estricta, está orientada para la escuela… y los estudiantes ya son adultos jóvenes o jóvenes adultos y la andragogía trata de esta característica psicológica, biológica y social.
Con eso concluye los contenidos del módulo.
Mayor información acerca de las convocatorias y actividades de la EAD, las encuentran en su página de Facebook.
(Semanario Aquí/24-09-18)
Valor de la docencia presencial
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí/24-09-18)
En una época en la que las nuevas tecnologías propician la proliferación de las aulas virtuales y el uso exclusivo de ellas en casi cualquier rama de la enseñanza y en casi cualquier disciplina del conocimiento, la Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA (EAD), lleva varios años consolidando los objetivos de un proceso de enseñanza-aprendizaje que es, primordialmente presencial, esto coadyuva a brindar una formación integral a los futuros auxiliares de docencia y futuros profesionales de las distintas carreras de la universidad.
Tras la entrevista realizada por este medio al coordinador de la EAD, Alex Gutiérrez, se vislumbra la actualidad y vigencia diaria del tema de la docencia, de la búsqueda de un mejor trabajo docente. Esto se comprueba cada vez que un estudiante se frena ante una duda en su proceso de trabajo o aprendizaje y sólo encuentra una pantalla de computador para resolverla. Lo mismo cuando un docente realiza el contenido de su clase, lo sube a “la nube” y no asume más responsabilidad que encomendar labores a sus alumos y calificarlas después, sin escuchar a sus pupilos, sin observarlos, sin absolver sus dudas, sin importar nada más.
Según contaba nuestro entrevistado, su trabajo empezó impartiendo formación pedagógica para docentes o futuros docentes, etapa que califica de importante, sin embargo, en un determinado momento, hace 16 años, consideró que la tarea de inculcar los principios y valores de la buena docencia era importante transmitirla a los estudiantes que deseaban ser auxiliares docentes y, quizás en un futuro, ejercer también la docencia profesional. Hoy, aquel curso de formación pedagógica, tras su inauguración en el año 2002, se transformó en la Escuela de Auxiliares de Docencia bajo Resolución del Consejo Facultativo Nº 1388/2010, de Medicina.
Las características sobresalientes del curso se muestran desde los requisitos de admisión, donde se pide un buen rendimiento académico al estudiante que desea acceder a la primera prueba. Esta prueba desafía a cada postulante a mostrar interés en participar del curso, presentando por escrito un comentario personal respecto a temas de relevancia social así como también acerca de valores y principios éticos, entre otros; también se pone a prueba su capacidad de oratoria.
Una vez admitido en el curso, el o la estudiante cursará por doce sábados, tres módulos de contenido académico, uno por mes, en los que se nutrirá de la formación pedagógica en clases presenciales impartidas por el médico Alex Gutiérrez. Además de las clases, los estudiantes son parte de actividades y dinámicas individuales y grupales donde se hace más personalizado su proceso de enseñanza aprendizaje, en busca de que emerjan sus mejores aptitudes y actitudes para afrontar el liderazgo ante sus futuras labores de enseñanza, características que también les son útiles en su vida cotidiana.
Para la planificación y organización de las actividades en la EAD, Gutiérrez tiene la colaboración voluntaria de un grupo de egresados del Curso de Pedagogía, ellos son conocidos como “monitores”. Este grupo de ex estudiantes también pasa por pruebas que los hacen los mejores exponentes para la guía académica, personal e integral de los cursantes, tal como reza su lema: “Listos, audaces y siempre capaces”
En la actualidad, Alex Gutiérrez ya lleva 33 años como catedrático en la UMSA, 16 de los cuales fueron repartidos para brindárselos a la actual EAD, que tiene 32 cursos regulares realizados y 4,132 egresados hasta la fecha.
(Semanario Aquí/24-09-18)
Alex Gutiérrez Rodríguez:
Los docentes somos arquitectos de la humanidad
El coordinador de la Escuela de Auxiliares de Docencia de la UMSA brinda datos de ese trabajo, además de sus expectativas respecto a la docencia en la universidad pública.
Franz Cuevas Navarro
(Semanario Aquí/24-09-18)
Con más de 40 años, en la ciudad de La Paz, el orureño Alex Gutiérrez Rodríguez, médico-reumatólogo de profesión y docente de vocación, partió de su tierra natal en la década de los años 70 del siglo pasado, luego de salir bachiller, con el deseo de estudiar medicina en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), sin sospechar que, la docencia y lo referente a la pedagogía, también, motivarían su cotidianidad hasta el día de hoy, fecha en la que lleva adelante la coordinación de la Escuela de Auxiliares de Docencia (EAD) de la UMSA. Esta Escuela ya lleva 32 versiones de un curso de pedagogía que tiene el afán de educar a los estudiantes que buscan ser auxiliares de docencia y quizás, en un futuro, también ser docentes.
¿Cuáles fueron sus motivaciones para decidir ser docente, además de médico?
—En la universidad pública tenemos la suerte y la oportunidad de ser auxiliares de docentes, y eso se logra a partir del segundo año, habiéndose destacado el primer año como estudiante. Yo tenía un buen rendimiento académico (…), me postulé para la auxiliatura de docencia y de ahí en adelante, hasta terminar mi carrera, no dejé de ser auxiliar docente. Entonces, ahí hice mi primer peldaño para el futuro ejercicio profesional como docente y me he sentido motivado después de terminar mi carrera para hacer la docencia en la universidad.
¿Cómo surge la iniciativa de crear un curso de pedagogía para futuros auxiliares de docencia?
—Una vez que ingresé a la labor docente vi que los auxiliares docentes no tenían una formación, entonces, en la facultad de Medicina (…) conocí al Doctor Marcelo Nava (…). Él me hizo participar en un seminario sobre objetivos educativos, sobre diseño curricular y evaluación, entonces eso yo he replicado para los auxiliares docentes.
Luego, el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana convocó a nivel nacional para hacer un curso de formación docente, de cada universidad han sido promocionados cuatro o cinco docentes y, junto a Jorge Alcoba (ingeniero y pedagogo, cómplice de iniciativas pedagógicas de. Gutiérrez), nos hemos inscrito por nuestra cuenta (…)
Saliendo de ese curso, también con Jorge Alcoba hemos replicado los cursos de formación docente y hemos invitado a participar a los auxiliares de docencia.
Después he fundado lo que es el Centro Psicopedagógico y de Investigación en Educación Superior (CEPIES), en la Universidad Mayor de San Andrés, siendo de la primera generación y, destacándome como estudiante en el curso de especialización con los cubanos, me encargaron y me invitaron a reproducir los módulos en el CEPIES. Fue entonces allí donde hice la labor docente de los diplomados para el ejercicio de la docencia por bastante tiempo.
Luego, vi que era más importante, necesario y urgente hacer aquello para los auxiliares docentes, entonces diseñé el curso de pedagogía en tres módulos, didáctica universitaria, dinámica de grupos y evaluación (…). Dejé el CEPIES y me dediqué íntegramente desde el año 2002 a la fecha a formar auxiliares docentes.
¿Cuál sería la mejor recompensa de su labor frente a la EAD?
—Un reconocimiento institucional mayor, una decisión política y comprometida de nuestras autoridades con la Escuela porque nosotros nos debatimos con el débil apoyo que nos da el vicerrectorado, tenemos grandes dificultades, tenemos que conquistar la buena voluntad del decano de turno de la Facultad de Medicina para tener la luz verde del uso de las aulas para desarrollar normalmente nuestra labor. Es que Medicina se presta, los sábados, como un centro ideal por la cantidad de aulas, está en el centro de la ciudad, es de acceso fácil y, entonces, yo quisiera que las autoridades pudieran brindar mayor apoyo.
¿Puede hacer una evaluación de la situación de la pedagogía y la docencia en la universidad?
—Es un tema delicado y complejo para tratar y opinar. Efectivamente la UMSA se distingue por ser reconocida como una de las mejores universidades en el sistema universitario público y esa es la honra que tiene la UMSA pero, no por ello, hay que tapar el sol con un dedo; todos los docentes como en las otras universidades, para ejercer el cargo docente han hecho el curso del diplomado en educación superior, yo he formado parte de ese programa (…) pero, los futuros docentes que asisten a estos módulos se hallan comprometidos con los encargos del diplomado hasta que lo concluyen y reciben su certificado. Muy pocos modifican su forma de ser, muy pocos cambian de actitud al momento de realizar sus actividades docentes, mucho menos cuando se trata de evaluar. La mayor parte marca el paso dentro de la evaluación tradicional donde sólo interesa el examen y nada más que el examen, y no toman en cuenta los otros elementos que se deben hacer, asistencia, participación, trabajos individuales, grupales, evaluación grupal, autoevaluación…porque son gente ya madura la que está en la universidad y debería instalarse una cultura de autoevaluación, de autocrítica.
He tenido como encargo el indagar en las distintas facultades y ver, a través de los asistentes a mi curso, los tres mejores docentes de cada facultad (…) y la verdad es que les ha sido difícil a los chicos identificar tres mejores docentes. Pero también les he preguntado sobre tres docentes que no deberían ser docentes una vez terminando el curso de pedagogía y dándoles los elementos de qué cualidades deberían tener los docentes, ahí los chicos sí tenían cualquier cantidad de nombres para poderlos dar.
En resumen, hay docentes buenos, excelentes, extraordinarios pero, en un porcentaje muy pequeño; hay docentes cuya participación es tibia, poco comprometida, esos son los más, y hay docentes que, la verdad, no sabemos cómo han superado los requisitos y las exigencias para llegar a ser docentes porque dejan mucho que desear.
¿Usted podría brindar un par de sugerencias para mejorar la situación de la docencia en la universidad?
— ¡Desde luego!, reflexionar con ellos (los malos docentes) que la labor docente es una labor de servicio. ¿Qué significa esto? Una vocación de dar de manera íntegra, compartir los conocimientos que se tiene para potenciar siempre al otro, ese otro son los estudiantes que, de paso, llegan a nuestras asignaturas. Que tengan mayor compromiso con esa labor docente, reflexionar con ellos que los docentes somos arquitectos de la humanidad, que significa construir, aportar en la construcción y desarrollo personal de los profesionales en nuestra universidad y de eso somos responsables, pero muchas veces no construimos, destruimos por las inconductas a muchos estudiantes, los frustramos, los desmotivamos y, entonces, esta es una invitación que se tiene que hacer con esos docentes.
Y en el caso de la obligación que tienen los directores de carrera es hacer un seguimiento de todos sus docentes pero, concentrarse en ese seguimiento y control, más en aquellos docentes que tienen observaciones por los estudiantes.
¿Qué piensa respecto a la evaluación docente?
—La evaluación docente es muy poco útil para mejorar la calidad académica porque, finalmente, llegado el momento de la evaluación, no hay docente malo, todos completan (la calificación) presentando los certificados que exigen, los trabajos que exigen y no es una evaluación que sea solvente. Hubo mucho desmedro en los criterios de evaluación últimamente en esos formularios.
¿Qué recomendaciones podría brindar a quienes deciden optar por el ejercicio de la docencia?
—Bueno, la labor docente exige vocación, no deben pensar que es un trabajito más (…), la labor docente es exigente, de mucho compromiso y por eso mi mensaje a los jóvenes es que, si tienen cualidades de transmitir, de socializar la información que poseen, con sus compañeros, entonces tienen las condiciones de ejercer la docencia. Entonces que se presenten a cuanta oportunidad tengan para ser auxiliar docente en sus carreras, destacarse como estudiantes, tener solvencia con el conocimiento, facilidad de palabra pero, por sobre todo, convicción de lo que dicen a sus compañeros.
¿Podría explicar el concepto de la educación integral a la que apunta el curso de pedagogía en la Escuela de Auxiliares?
—En el curso de pedagogía trabajamos todos los contenidos centrados en los valores humanos, entonces, nuestros estudiantes en cada sesión están trabajando lo que es el respeto, la disciplina, la puntualidad, el reconocimiento, la gratitud, el liderazgo, la justicia, la libertad y todo talento que signifique vigorizar la personalidad y distinguirla del resto de la gente. Entonces, cualquiera que sea la profesión, si está centrada en valores humanos, estamos asegurando no sólo un buen profesional que tenga exquisitez en el conocimiento específico de su carrera, sino también una buena persona, que tenga las competencias, no sólo del saber, sino también del saber hacer, del saber ser y del saber estar. En consecuencia, nosotros trabajamos en las competencias pero, como tema transversal, los valores humanos.
(Semanario Aquí/24-09-18)