Luis Fernando Camacho Rivera*
Domingo, 11 mayo 2025
No siempre es así, pero es así como se debe enfrentar la mala racha. De lo contrario solo queda la caída libre hacia el abismo.
El “Mal”: Por el que esperamos, luego venga algún bien, es la peor crisis política en la historia de Bolivia. Considerando que la política es la inteligencia colectiva y la inteligencia es la capacidad para resolver problemas, los bolivianos estamos, actualmente, incapacitados para resolver problema alguno sin antes resolver y salir de la crisis política en que nos encontramos.
El “Bien” por venir: Obviamente no vendrá por arte de magia. Lo habremos de construir paso a paso. Lo bueno es que tenemos la posibilidad de construir un sistema político desde 0, Obviamente conociendo y reconociendo nuestra propia historia política para no repetir los errores y replicar, mejorados, los aciertos.
En Bolivia ha sucedido a la inversa. Los Partidos han sido, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, empresas privadas personales o familiares en las que los dueños toman las decisiones en obediencia a sus propios intereses. Tal es así que, tienen a la cabeza (a manera de ejemplos) un “Jefe Vitalicio” (Víctor Paz Estensoro del MNR) o un “Jefe Perpetuo” (Carlos Palenque Avilés de CONDEPA) en desconocimiento de la LEY Nº 1983 - Ley de 25 de junio de 1999 LEY DE PARTIDOS POLITICOS. La consecuencia de tal desatino es lo que estamos viviendo ahora: Candidatos sin partido, partidos sin militancia ni base social, siglas y personerías jurídicas en venta…
La inclusión en el nuevo sistema político (Bien por venir) del segmento poblacional de las Personas Adultas Mayores – PAM, lo considero de una importancia particular en virtud a las repercusiones que devienen de ello en el conjunto de la sociedad.
No estoy plenamente de acuerdo en que se defina a la infancia como “el futuro de la humanidad”. Pienso que tal segmento es el que requiere del mayor cuidado y esmero en virtud a su vulnerabilidad y a que el presente y el futuro de la humanidad, ciertamente, les pertenece, sin embargo, no son ellos el futuro. El futuro, o sea lo que la humanidad, los niños, los adolescentes, los jóvenes y los adultos menores (si se portan bien y tienen mucha suerte) llegarán a ser en el futuro, es lo que somos ahora los viejos.
¡Cómo se nos verá a los viejos ahora, que al resto de la humanidad le da terror envejecer! En otras palabras, le da terror vivir. Todo el mundo quiere, por supuesto, vivir, pero ¿Cómo vivir sin envejecer? Imposible. En consecuencia, la política o la inteligencia colectiva tiene como tarea fundamental, para vivir sin terror, construir un final del camino más amigable, más agradable.
Aún queda mucha tinta en el tintero y mucho que decir con respecto a la política o a la inteligencia colectiva de los bolivianos.
*El autor es psicólogo y magister en salud
Cel.: 70111807