Agencias / Buenos Aires - 12/07/2011
“Da asco la mitad de Buenos Aires”, escribió en la contratapa del diario Página /12 el cantante rosarino Fito Páez, para calificar a los ciudadanos que votaron el domingo pasado en las elecciones regionales bonaerenses, en las que fue reelecto el conservador Mauricio Macri.
Leer más...Por Víctor Hugo Morales - Página 12 *
Me da la impresión de que hay una cierta propuesta de la derecha de linchar moralmente a Fito Páez. Porque Fito se pronunció desde la inmensa libertad que ha sabido ganarse. Fito les dice a millones de personas: “No me importa si no compran mis discos, si no van a mis recitales: yo los rechazo”, dice este gran artista popular “rosarino”, como remarcan algunas crónicas para recordarle que ni siquiera es de la Capital Federal. Fito se comporta con la bravura de todos los artistas comprometidos de la historia. Fito es Charly, es Gieco, es Heredia. Es un hombre libre que arriesga logros materiales y rompe con la adicción a la aprobación que tiene mucha gente. Los políticos, por ejemplo. Los que no se animan a ir contra la corriente en la que están inmersos.
Una sociedad que puede asistir cómplicemente al pedido de diarios que no quieren que les quiten la plata que ganan con la publicidad de la prostitución en nombre de la libertad de expresión. Esa misma sociedad que no soporta lo que alguien, asumiendo riesgos, dice en nombre de su propia libertad de expresión, seguramente provocándose el perjuicio de la alta exposición en la que nadie está cómodo. Pero con la misma energía. No la energía solapada de quienes han hablado del voto cuota o el voto clientelista. ¿El voto clientelista es respetuoso del votante? ¿De qué se habla cuando se habla del populismo, sino de las mayorías que se dejan convencer fácilmente por medidas demagógicas? El voto cuota es el voto de los pequeños individuos que votan pensando en su propio beneficio. El voto populista es el de los que son débiles supuestamente frente a los ofrecimientos facilistas. El voto de los ignorantes es el voto de los que supuestamente no están preparados para pensar en política. Todo el tiempo hablamos de esto y condenamos a mayorías o sectores que piensan como piensan.
Leer más...Por Teresa Parodi * - Página 12
Fito dijo lo que piensa, lo que siente y no puede haber algo más irreprochable que eso. Hizo lo que todos reclaman para sí como un derecho, también los que reaccionaron y le contestaron indignados, hacer y decir lo que se piensa, lo que se siente. A veces serenamente, otras con exabruptos de grueso calibre. Hemos escuchado muchos por cierto.
Leer más...Por Alfredo Luis Fernández * - Página 12
Fito Páez no sólo se desahogó. Se sentó, escribió o dictó una columna, la releyó, sintió que era eso lo que quería decir y la envió al diario.
Muy probablemente ni se retracte ni elija pedir disculpas, pues decidió poner las cosas blanco sobre negro. La corrección política diría que no debe reaccionarse así frente a quienes se debe intentar sumar o seducir para el ballottage. Fito, en vez de pensar en la quimera del ballottage, prefirió, desde la libertad y la fuerza de su voz, darle un palo al avispero y que el asunto se discuta.
Leer más...Por Carlos Ulanovsky * - Página 12
El texto del querido Fito Páez me pareció, por lo personal y escrito tan desde las tripas, una pieza bella, valiente, muy auténtica. La comparto desde esa perspectiva estética y también desde la perplejidad que genera algo que uno no termina de explicarse con claridad por qué ocurrió como ocurrió, casi, digamos, como un nuevo enigma argentino que seguramente tiene centenares de ramitas explicatorias y que tenemos el compromiso de seguir pensando.
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