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Iturri, con i de Ipsos

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Flechas yuracarés

Alejandro Almaraz

Página Siete, 24/01/2013

“Ocho de nueve”, ése era el triunfal título del artículo publicado por Jaime Iturri hace unos días en La Razón. Se refería a las gobernaciones que pasaría a controlar el MAS con la cantada victoria de Jessica Jordan en las recientes elecciones en Beni, lo que, según Iturri, refleja el crecimiento del oficialismo.

El optimismo de Iturri supera al de los más ansiosos operadores oficialistas, lo que no es poco decir, y queda probado contra toda injerencia de la realidad. Así, da por comprobado y actual el crecimiento oficialista, sobre resultados electorales de hace tres años, acciones legales defenestradoras, y, esto es lo más notable, la última encuesta de Ipsos sobre la elección en Beni. 

Para él, la “arrasadora” victoria de Jessica era un hecho consumado porque Ipsos, “la empresa más seria que opera en el país”, identificó en su encuesta 20 puntos de diferencia a favor de Jessica, los que marcaban “una tendencia irreversible”. Tan seguro y satisfecho se sentía con el pronóstico, que, convirtiendo su complacencia en sentenciosa teoría, extraía profundas enseñanzas e históricas revelaciones del “irreversible” y “arrasador” triunfo.

Dice que con él se desvanecen los mitos, y, capitalizándolo para la agenda pendiente del “quieran o no quieran”, que su razón está en que los benianos quieren la carretera a Cochabamba promovida por el Gobierno.

Pero resulta que según la encuesta a boca de urna de la propia Ipsos, en la que ya no pueden justificarse grandes errores, Lens venció a Jessica por casi diez puntos, obtuvo 25 puntos más que los previstos en la encuesta que marcaba una “tendencia irreversible”, y Jessica, cuatro puntos menos. 

La justificación expresada por Ipsos en ATB, con presentación y acotaciones de Iturri, aduce que la encuesta se hizo un mes atrás, y que, en el ínterin, la situación “puede cambiar”. Creyéndoles, estaríamos ante insólitos cambios ocurridos en ese mes de magia y misterio, pues supondrían que Lens no sólo se llevó el total de blancos e indecisos (16%), sino que además le quitó 4% de preferencias a Jessica, todo eso sin que nadie se percatara de qué estaba ocurriendo, y, al contrario, con el MAS e Iturri proclamando su seguridad en la “arrasadora” victoria de su candidata en primera vuelta. 

Lo cierto es que este espectacular panzazo de Ipsos no es, ni mucho menos, su primero. El mismo Iturri, esmerado por justificar a Ipsos, mencionaba que, en la elección de 2005, todas las encuestas asignaban al MAS una votación muy inferior a la que finalmente obtuvo. 

Pero no mencionó que la más desacertada fue precisamente la de Ipsos que, además de darle al MAS más de 20 puntos por debajo de los obtenidos, fue la única que dio por ganador a Tuto Quiroga. Si bien no hay urnas con las cuales cotejarlas, las encuestas de Ipsos sobre aprobación de las autoridades oficialistas llaman al desconcierto o la risa ciudadana.

Según ellas, la aprobación de Evo Morales, cada comienzo de año, seguramente por efecto de sus diáfanos y convincentes informes de gestión, renueva los altos niveles de los primeros años de su Gobierno, y precisamente en los momentos de mayor malestar de la ciudadanía cochabambina por los despropósitos del alcalde Castellanos, éste resulta con una de las aprobaciones más altas en el país.

Los hechos muestran que Ipsos, la “empresa más seria” para Iturri, es una de las que más se ha equivocado en los temas políticos, su margen de error, como ahora o en la elección de 2005, suele ser de 20 puntos. Lo sugestivo es que siempre lo ha hecho en favor del poder político de turno y que, finalmente, ha quedado con el monopolio de las encuestas políticas.

Pero la representante de Ipsos dijo un par de cosas ciertas e interesantes en la justificación que presentó junto a Iturri. Primero, y a modo de fundamental explicación, que lo ocurrido con la desafortunada encuesta no es la primera vez que ocurre ni será la última. Lo primero ya lo sabíamos, y lo segundo, lo suponíamos, pero es bueno saberlo de fuente directa y autorizada. Dijo también que las encuestas no son una predicción de la elección. 

Es muy cierto, como lo revela una extensa e insoslayable realidad, las encuestas no se hacen para predecir o prever el voto, sino para motivarlo e inducirlo. No creo que Ipsos se equivoque por incompetencia técnica, ya que en otras oportunidades ha acertado, y aún dudo que Iturri, por muy ingenuo que sea e ilusionado que esté, le crea a Ipsos con tanta convicción.

Lo cierto es que el “científico” anuncio de la “arrasadora” victoria de Jessica no pudo ser más oportuno para su estrategia electoral, ni apropiado al tono triunfalista de la misma. Pero Jessica perdió en proporción verdaderamente arrasadora para las altas expectativas e inversiones oficialistas, e Ipsos e Iturri sólo lograron mostrar que sus nombres se escriben con la misma letra.

Así como antes me preguntaba quién sería el dueño de La Razón y ATB, ahora me pregunto: ¿Quién será el dueño de Ipsos, la empresa monopólica en las encuestas políticas?  

Alejandro Almaraz es abogado.

http://www.paginasiete.bo/2013-01-25/Opinion/Destacados/15Opi00225-01-13-P720130125VIE.aspx

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