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Gasto en cumbres e insensibilidad con jubilados

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Redacción Aquí Comunicación

 (AquíCom/30-08-014) El gobierno anunció que para esta gestión habrá déficit fiscal, el primero en ocho años de gobierno, luego de que se realizaran gastos extraordinarios en un justificado Plan Patujú, para reactivar la economía en el departamento del Beni, luego de las lluvias e inundaciones, y el costeo de cumbres y actividades no programadas.

Lo lamentable de esta situación es que el gobierno dispone del dinero del Estado para beneficio propio y alimento de su ego. Esta semana nos enteramos, de propia boca de Evo Morales, el presidente del país, que el G77, cuya organización sólo en infraestructura costó más de 20 millones de dólares, sin contar la atención a los cientos de invitados, fue la mejor campaña del Movimiento Al Socialismo (MAS) para ganar adeptos en Santa Cruz con miras a las elecciones generales de octubre.

Luego vendrá la cumbre antiimperialista realizado en Cochabamba, que sólo sirvió para hinchar el pecho de orgullo de Evo Morales, ya que fue proclamado como un líder mundial por las organizaciones asistentes al acto. Sigue la reunión de representantes del G77 en Tarija, que se postergó. El último evento realizado fue en La Paz: el Foro de San Pablo.

¿Cuán grande habrá sido la suma de dinero gastada, en millones de dólares, para que Bolivia ingrese en déficit fiscal, sólo para posicionar el liderazgo e inflamar el ego de Evo? Sin embargo, el gobierno sólo otorga 200 bolivianos de aguinaldo para los rentistas y jubilados.

Claro está que más importante es invertir en la campaña del gobierno, con dineros públicos, que mejorar la calidad de vida de los ancianos, sobre todo de aquellos que no reciben renta, para asegurarles por lo menos un almuerzo, a precio módico, al día; o la implementación del seguro de enfermedades graves para paliar el padecimiento de afectados y familiares, quienes hacen de sus vidas un verdadero vía crucis por la falta de recursos económicos; o garantizar el pan a los más de tres millones de bolivianos que aún viven en extrema pobreza en el país, según dato brindado por el gobierno.

Muy bien por el Plan Patujú, aunque cuestionado, ayuda a las familias del Beni, pero no se puede tolerar que antes que paliar algunos de los muchos males que aqueja a la población, se prefiera dilapidar el dinero, que debe beneficiar a todos los bolivianos, en hacer campaña (AquíCom/30-08-014)

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