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Universitarios bailaron hasta en tres danzas en la décima entrada folklórica de la UPEA

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universidad pública de el alto

Crítica

Viento y lluvia opacan esa actividad folklórica y sin algunos bailarines a varias danzas

Wendy Pinto

(AquíCom/18-11-13) Tres palcos, más de 35 danzas y muchos espectadores fueron parte de esa actividad folklórica, que se desarrolló en la ciudad de El Alto, el 16 de noviembre.

Toda expresión de cultura es apreciada por un determinado grupo de personas, más aún si es de carácter folklórico, como la décima entrada folklórica de la Universidad Pública de El Alto. En Bolivia existen innumerables actividades de este tipo, las que precisan de una crecida cantidad de dinero, que —en ocasiones— evita la participación de jóvenes en edad universitaria.

A mediados de septiembre, los ambientes de esa institución eran ocupados por parlantes y música folklórica boliviana. Lo interesante fue que los ensayos no sólo se los realizaba durante las noches, sino también a medio día. Además, los ambientes para esas prácticas eran los patios, pasillos, aulas y parte de la calle.

Chacharera, moseñada, diablada, morenada, antawara, tinku y saya afroboliviana, entre otros bailes, fueron los que se presentaron el pasado fin de semana. La danza más cara fue la chacarera, del ballet de la UPEA, que costó Bs170. Este monto incluyó el flete de ropa, la música y un recuerdo. El baile más económico fue tinku de Ingeniería en producción textil.

Incluso la morenada tuvo un costo máximo de Bs100, que pagó la banda, polera, ropa, fiesta, dulces y refrigerio. Algunos más organizados invitaban a los universitarios con una tentadora oferta, “les daremos una chamarra de la fraternidad”. Y es que muchos estudiantes tienen sus propios talleres en los que confeccionan, a módicos precios, esas prendas.

La concentración fue en los predios de la UPEA, desde las 8.00 del sábado 16. Muchachas con maquillaje de fantasía, lucían sus prendas temerosas de bailar, pero cuando se escuchó la música era inevitable no moverse.

Cada carrera obliga a sus integrantes a ser parte de la danza morenada, ya sea para bailar o para integrar la logística. En el caso de la carrera de Administración de Empresas, la participación en la danza es recompensada con dos fichas equivalentes a cinco puntos cada una. Este comodín es utilizado para dos distintas materias, se suman esos cinco puntos al promedio final de la nota. A los de logística sólo se otorga cinco puntos.

Asimismo, el Centro de Estudiantes cobra Bs20 a todos los alumnos de su carrera, aunque no deseen participar ni siquiera como logística. Argumentan que el dinero es para pagar a la banda, refrigerio y fiesta después de la entrada; los que no paguen recibirán una sanción económica, se dijo.

Esa situación no ocurre en la UMSA, los universitarios pueden o no bailar en la Entrada Folklórica Universitaria sin ser obligados ni sancionados con nada. Tampoco se dan puntos por bailar, pero el precio de las danzas sobrepasa los Bs100, como monto mínimo.

Los de primer año —la mayoría— participan por obligación; sin embargo, también bailan la danza de su agrado. Ellos calculan en qué número entra su carrera, si es una de las primeras entonces alcanzan a bailar lo que les gusta.

En el caso de los universitarios que pertenecen al ballet folklórico de la UPEA, bailan hasta tres veces el mismo día. En primer lugar ingresan con el nombre del ballet, luego con las danzas de sus respectivas carreras, y luego con una fraternidad que los haya invitado como figuras.

Aunque este 2013 la entrada haya sido transmitida por un canal de televisión, la entrada no tuvo la fuerza y energía con la que contó el año pasado. En 2012 hubo más de 50 danzas, la actividad empezó a las 7.30 y culminó a las 24.00. No hubo tanto desorden, tampoco se apuró a los bailarines porque estaban a corta distancia del baile que lo antecedía o precedía.

Miembros del Departamento de Interacción Social y Bienestar Social de esa universidad alteña apresuraban a las fraternidades, las que hicieron paso de avance para evitar la bandera roja, que significa que al siguiente año serían la última fraternidad en ingresar.

El clima no favoreció para nada la festividad, a partir de las 18.00 fuertes vientos levantaron una polvareda, minutos más tarde una torrencial lluvia cayó sobre la urbe alteña. Los universitarios se cubrían con bolsas o prendas que les dieron sus familiares, algunos esperaron por 10 minutos y abandonaron la entrada sin llegar siquiera a los tres palcos.

Este año la actividad folklórica terminó a las 22.00 con el último tinku del día, los Llajtamasis de Derecho (AquíCom/18-11-13).

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