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“La libertad de expresión y la calidad del periodismo están cuestionadas”

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Omar Rincón:

Domingo, 03 de agosto de 2014

Alfonso Gumucio Dagron

Omar Rincón, director regional del Centro de Competencia en Comunicación de la Fundación Friedrich Ebert (FES), con sede en Bogotá, considera que el discurso sobre la comunicación hay que reinventarlo porque la sociedad ha cambiado:

 

Omar Ricon

"El siglo XXI llegó con un nuevo mundo: un ecosistema complejo y fluido de pantallas y medios; una juventud muy rica en cultura pop pero pobre de discursos políticos; un mercado caníbal donde ya no importan los bienes y servicios sino el capital y las acciones; una democracia donde los que gobiernan practican el personismo mediático y la celebrity social; una política donde aparecen como lógicas de significación las nuevas ciudadanías (con sus nuevos derechos) y las nuevas sensibilidades con sus nuevas agendas (feminismo, indígenas, medio ambiente, sexualidades emergentes) que a su vez son nuevas narrativas y estéticas; una sociedad donde los valores de lo público, la libertad de expresión y la calidad del periodismo están en cuestionamiento; un mundo precario de ideas y sueños pero entretenido y fluido en emociones. Y en este mundo nuevo, la comunicación es el valor fundamental y actúa de maneras inéditas… por eso no se puede seguir comprendiendo y explicando el campo desde las razones que se esgrimieron en el siglo XX. Todo cambió, menos los discursos de la comunicación”.

Esto no significa abandonar todo y huir al experimento, sino retomar asuntos que se habían dejado de lado y reflexionar de nuevo sobre el campo de la comunicación. Para ello, Rincón sugiere una ruta crítica:

"Pasar de pensar en medios a investigar y ensayar el ecosistema de medios cuyo centro es móvil: para los más jóvenes todo se reorganiza alrededor de las redes sociales, para los más jóvenes productivos la vida gira alrededor de  internet, para los más adultos el centro está en los viejos medios (prensa, radio y TV) pero hechos de nuevos modos. No se puede pensar un medio en solitario, sino en relación con las otras pantallas. Pasar de pensar en monomedios (prensa, radio, TV, internet, redes, videojuegos…) a actuar, pensar, investigar, ensayar la convergencia y lo transmedial (en términos narrativos, participativos y de mercado).

Durante muchos años la investigación se dedicó a las audiencias, ahora es fundamental buscar el movimiento de creadores de comunicación, añade Omar Rincón: "Ya no más investigación sobre lo que la gente hace con lo que consume mediáticamente (ya lo sabemos todo), sino cómo hacemos para que cada sujeto comience a expresarse, a crear, a decir sus mensajes en su propia estética, narrativa, tono (menos alfabetización y más anarquía expresiva)”.

Hay nuevos conceptos, saberes y experiencias ancestrales de las identidades propias (lo indígena, lo afro, lo femenino…) que es necesario ensayar en la investigación en comunicación "para habitar la escena postcultural tecnológica del siglo XXI: saberes como comunidad, trueque, ritual, fiesta, coproducción, tejer… Y a su vez reivindicar el capital cultural pop de la juventud para desde ahí reinventar la política, la democracia y la convivencia: algo así como un capitalismo más colaborativo, menos caníbal y más humano”.

Rincón hace también una reflexión sobre el excesivo optimismo tecnológico que viene del norte y propone asumirnos como "culturas bastardas que negamos la pureza y jugamos a ser todo en simultáneo (cultura mainstream made in USA, cultura de élite europea, cultura exótica africana, cultura narrativa árabe, cultura profunda indígena, cultura mediática telenovelera…), pero siendo muy nosotros: poniendo el centro del mundo comunicativo en la cultura local, cercana, propia, de uno”.

En ese sentido, dice, es fundamental en este mundo globalizado tener sentido de lo local: "Se significa, narra, cuenta desde la cultura de uno. Y lo local popular se narra y vivencia desde y como culturas bastardas: muchos padres (referentes de sentido y narración) y una sola madre (lo propio). Y las culturas bastardas no son de contenido ni ilustraciones sino de narraciones y goces”.

La televisión de nuestros países no ha logrado diferenciarse de la corriente dominante, lo que predomina es un nuevo formato único y espectacular: gobernar por televisión. Según Omar Rincón, "hemos creado los gobernantes celebrities y que son auténticas estrellas desde y en su cultura: el galán andino en Ecuador (Correa), el rebelde sin causa en Venezuela (Chávez), el mayordomo de finca en Colombia (Uribe), el guerrillero humanista en Uruguay (Mujica), el indígena que se atreve a la justicia histórica en Bolivia (Morales), el abuelo bonachón y  terco en Brasil (Lula), la mujer ciudadana justiciera en Chile (Bachelet), y  el sueño americano encarnado en los Estados Unidos… Y todos estos fenómenos son televisivos: he ahí un nuevo formato para gobernar: un mismo formato, diversas puestas en escena”.  

Omar Rincón, experto colombiano en medios de información, estuvo en La Paz y ofreció en la Cinemateca Boliviana la conferencia magistral "Hacia la reinvención del discurso de la comunicación”, en el marco de las actividades del IPICOM (Instituto de Investigación, Postgrado e Interacción Social en Comunicación-UMSA). En esa misma ocasión se firmó el acuerdo interinstitucional para la creación del Cine Club Cecilia Quiroga, y se presentó el libro de Alfonso Gumucio Dagron Cine comunitario en América Latina y el Caribe.

La televisión de nuestros países no ha logrado diferenciarse de la corriente dominante y lo que predomina es un nuevo formato único y espectacular: gobernar por televisión.

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